Cuando se disparan las emociones en el trabajo de campo

Fui a Hong Kong a la conferencia de Cumulus. La conferencia me resultó buena, especialmente la presentación de artículos en las sesiones. Había muchos artículos interesantes y como estaba en plan de aprender y contactar investigadores y disen̂adores que trabajan en cuestiones de salud, fue intensa. Conocí a varios investigadores que hacen buen trabajo en salud y estaban presentando. También me enteré de la existencia de la conferencia Design4Health y de la revista académica con el mismo nombre.

Me reencontré con Mariana Amattulo que presentaba un proyecto en Chile con un hogar de nin̂os quemados. Vale la pena mirarlo. Mariana y su grupo Design Matters hacen un trabajo excepcional. También me reencontré con Ari Mazzeo que como siempre está tramando proyectos de inovación social en la escuela de disen̂o de Barcelona.

El artículo que escribimos era la continuación de un artículo que escribí el an̂o pasado para la European Academy of Design (EAD 2015). En ese artículo criticamos como los disen̂adores pueden llegar a afectar emocionalmente a los participantes de las actividades que organizan. Nosotros nos llevamos la información que necesitamos para disen̂ar algo, en ese caso era un proyecto de urbanismo en el este de Helsinki (ya hablé de ese caso en otro blog). Concretamente nos pasó que al conducir una sesión con un grupo de mujeres kurdas, sin que nosotros lo esperemos muchas de ellas se pusieron a llorar mientras recordaban sus historias de migración. El artículo anterior terminó diciendo que tenemos que colaborar con especialistas en salud mental y no barrer las emociones debajo de la alfombra.

Entonces para la continuación, que escribimos con un psicoanalista Finlandés, Esa Pursiainen, contamos que es lo que nos sugieren hacer en caso de que nos agarre por sorpresa una situación cargada emocionalmente. Hay dos prácticas que explicamos, una es un el rever lo que pasó entre el grupo de disen̂adores y la otra es apaciguar al grupo. Después de pasado el momento de emoción, en este caso, llanto, se puede dirigir la situación hacia las preguntas de investigación. Antes de terminar la sesión es importante llamar aparte a los que parecieron más afectados y darles lugar para hablar en caso de que ellos lo necesiten, y asegurarse que la sesión no causó malestar y que se van en una buena condición.  Pero otro de los puntos importantes que destacamos en el artículo es la necesidad de los disen̂adores e investigadores de rever la sesión y contar cómo nos sentimos con respecto a la situación. No solo son importantes cómo nos situamos con respecto a las emociones que causamos en los otros, sino también cómo los disen̂adores trabajamos con las emociones que se disparan en estas sesiones de co-disen̂o. Es vital hablar y abrir lo que pasó y cómo nos sentimos nosotros en relación a nuestra reacción en el grupo. Solo reviendo lo que nos pasó podemos ayudar a otros y no sentir que estamos haciendo un trabajo éticamente cuestionable.

Los dos artículos que escribimos son:

Salgado, M.; Sustar H. and Galanakis, M. (2015) Disen̂ar para inmigrantes. Cuando se disparan las emociones. European Academy of Design. Paris, France.

Salgado, M. Galanakis, M. and Pursiainen, E. (2017). Participatory Design Fieldwork. Dealing with emotions. Cumulus Hong Kong 2016. Open design for e-very-thing

Acá está la presentación.
Para terminar cuento que Hong Kong como ciudad es maravillosa, con su mezcla oriental y occidental.  La comida es excepcionalmente interesante y tuve un poco de tiempo libre que usé haciendo un par de tours por la ciudad. Hice un tour en bicicleta donde anduvimos 20km hasta una reserva ecológica y terminamos comiendo un asado chino en un quincho. Otro tour fue de comida callejera, comiendo las cosas más raras que comí en mi vida, no por eso eran las más deliciosas 😉

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Tocando bajo en Indianapolis

Estoy en Indianapolis participando en la conferencia de Museums and the Web (mw2009). Una de las actividades que más placenteras de esta conferencia es la visita a museos donde se puede ver la trastienda de los museos y hablar con el personal. En todos los museos nos esperan con los brazos abiertos y les interesa charlar con nosotros. En la visita de hoy donde fuimos al IMA (Indianápolis museum of art) al Museo de los chicos y al Zoológico. Acá algunas ideítas flotando:

Es importante entender el contexto con respecto a las posibilidades y recursos de cada museo. Por ejemplo, una de las cosas que salta a la vista es la escala en los equipos que desarrollan nuevas tecnologías en el museo.  En el IMA había 250 personas entre el personal del museo dentro de las cuales 20 aprox. se dedican exclusivamente al desarrollo en la red. Tiene sus propios programadores usando Software Agile Development para desarrollar sus ideas. Acaban de lanzar una aplicación que se llama Artbabble para poder compartir y publicar videos en la red. El slogan es “play art loud”. Creen que en poco 34 museos estarán usándola y esperan que en el futuro más.

Dar un espacio físico como manera de subrayar la idea: nos importa lo que pasa en la web y le dedicamos por eso toda una habitación. En este mismo museo, del que venía hablando tienen presencia en Facebook, Flikr, YouTube y para mostrar las aplicaciones que usan y las que desarrollan armaron una habitación, con cómodos sofás para sentarse tranquilo a explorar las herramientas en línea. También tienen varias computadoras personales. La habitación se llama Davis Lab. Y la usan como parte de las visitas guiadas, invitando a los visitantes quedarse un rato y explorar las herramientas en la red. Me pareció un lugar genial, puede servir para testear y hacer estudios de usabilidad pero también para introducir a algunos visitantes que no irían de motus propio a la red a buscar que material existe disponible.
El blog como herramienta de difusión, de conexión con otras instituciones y de integración del personal. Sigo hablando del IMA en donde muchos del personal del museo bloguean sobre su trabajo, desde los conservadores hasta los curadores mostrando la multiplicidad de voces que cohabitan el museo.

una de las conservadoras mostrando su trabajo

El departamento de conservación bloguea sobre su trabajo

La accesibilidad empieza por aceptar los gestos cotidianos. En el Museo de los chicos una cosa me sorprendió es las mamás con bebés, los carritos y la gente tomando gaseosas en los pasillos. Para que las familias estén cómodas el museo no restringe cosas tan normales como tener bebidas consigo o pasear con los carritos.

Consultores en diseño de sonido podrían beneficiar a espacios tan grandes y complejos como los museos. El ruido, con los pequeños ruiditos y zumbidos permanente me resulta insoportable. Me estoy volviendo muy finesa, pero la verdad que hoy en el museo de los niños lo único que se me ocurría pensar es cuanto un diseñador de sonido podría contribuir en la experiencia de la visita. El museo ofrecía muchas posibilidades de interacción con el personal: visitas guiadas para colegios, programas para visitantes casuales, y muchas versiones diferentes de quioscos y estaciones interactivas. Era abrumadora la gama de posibilidades.

Exhibición sobre dinosaurios en el Museo de los chicos

Exhibición sobre dinosaurios en el Museo de los chicos

Conservadores trabajando en la exposición, mientras charlan con los visitantes

Conservadores trabajando en la exposición, mientras charlan con los visitantes

Cuando los visitantes pueden dejar su propio contenido el material que producen es muy divertido y accesible para sus pares, y en paralelo aprenden. Un ejemplo genial es el que nos mostraron como parte del programa Science Port, donde los chicos venían con su idea de obra de teatro con temas de ciencias naturales y lo grababan en el mini estudio, le elegían un fondo y hacían un video. Algunos de estos videos están disponibles en la web, pero las restricciones legales para publicar videos donde aparecen chicos dificulta el tema.

La verdad que cuesta venir hasta acá, no solo porque es caro, sino porque es un viaje, largo, hay mucha diferencia horaria, consume mucha energía pero vale la pena.