Laboratorios vivientes, un ecosistema

El mes pasado, en Junio estuve en Buenos Aires y me invitaron a dar dos charlas. Una en la Escuela de Arte multimedial Da Vinci con estudiantes de ahí y la gente de IXDA. La otra fue en el Instituto de Investigación de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA, Gino Germani. Las dos charlas fueron sobre Laboratorios vivientes (Living Labs) porque es lo que estuve investigando ultimamente. Las dos charlas estuvieron muy buenas porque fueron un diálogo, donde la gente se animó a preguntar, discutir y retrucarme. Las diapos de la charla la encuentran acá y también la bibliografía que usé para armar la presentación.

Como parte de mi trabajo en la Universidad de Ciencias Aplicadas Laurea participo en un proyecto financiado por la Unión Europea para la internacionalización de servicios digitales en la zona Báltica a través de laboratorios vivientes (Ballad: Central Baltic Living Labs for Digital Services, es el nombre formal). Eso me llevó a leer un poco sobre el tema.

El problema principal son las múltiples definiciones contradictorias sobre lo que es un laboratorio viviente. A la vez entiendo que muchas veces pueden existir laboratorios vivientes aunque no se llamen así, porque no todos usan esta terminología. Hay muchas definiciones, mi preferida es que un laboratorio viviente es un ecosistema centrado en el usuario para la innovación abierta donde conviven varias partes: usuarios, universidades, autoridades públicas y empresas.  Algunos investigadores están de acuerdo que es un concepto de investigación relacionado con la hélice cuádruple, el diseño centrado en el usuario y el pensamiento de diseño que opera localmente  (por ejemplo en el barrio, una ciudad, o una región).

Sin embargo, existen listas de laboratorios vivientes que confunden la cuestión porque incluyen grupos de investigación, proyectos o asociaciones de usuarios que no cumplen las condiciones para ser un laboratorio viviente. Vale la pena distinguir que es un laboratorio viviente y que no porque entonces tenemos posibilidades de dirigir algunos esfuerzos, como algunos proyectos para que con el tiempo se puedan convertir en laboratorios vivientes.

Por ejemplo, cuando un grupo de estudiantes testea un producto con usuarios para una empresa,  eso no quiere decir que exista un laboratorio viviente, porque aunque parezcan que están los actores principales (la universidad, los usuarios, la empresa), sin embargo faltan dos componentes fundamentales: la sostenibilidad de la propuesta y la profesionalización de esos testeos (que estén hechos por un grupo de estudiantes no garantiza que estén bien hechos).

Un laboratorio viviente tiene que poder sobrevivir en el tiempo. No depender de una financiación de plazo corto, como tiene un proyecto por eso hay una intención explícita de que las empresas tomen un rol proactivo en los laboratorios vivientes y empiecen a entender como se pueden beneficiar y a partir de ahí ofrecer financiación. Hasta ahora los laboratorios vivientes que están surgiendo en Europa en su mayoría tienen financiación estatal.

En los laboratorios vivientes los usuarios tienen que ser informadores y desarrolladores de Investigación y Desarrollo (I&D) no solo testeadores de productos o servicios. Y para que esto suceda se tienen que dar varias condiciones. Es necesario que varias empresas, y no solo una, estén comprometidas con el laboratorio viviente, porque de esta manera si aparece un concepto innovador para desarrollar, la empresa indicada lo puede hacer. Si hay pocas empresas, puede suceder que el concepto innovador quede sin desarrollarse.

Pueden suplir un vacío por no haber suficiente capacidad regional o local para hacer un trabajo constante y sostenido con las comunidades de usuarios o ciudadanos. Pueden ser vistos como organizaciones intermedias que sostienen las necesidades de los ciudadanos de participar en el desarrollo de productos y servicios sorteando obstáculos para desafiar el viejo modelo de desarrollo basado en la tecnología.

Qué hacen? Los laboratorios vivientes manejan métodos para desarrollar tecnología, proveen un medio ambiente para testear, planifican proyectos, apoyan servicios para negocios, hacen evaluaciones de usabilidad, planean las necesidades de los usuarios, testean prototipos, evalúan escenarios, productos, servicios y nuevos conceptos, organizan vinculaciones de gente para desarrollar productos, prototipean y facilitan discuciones online. En la mayoría de los casos todo esto pasa realmente y no en espacios virtuales.

Por qué necesitamos laboratorios vivientes? Porque ayudan a crear un vocabulario en común entre diseñadores, desarrolladores, investigadores usuarios, y otros; adaptan respuestas flexibles a los cambios de requerimientos de los usuarios; se invierte tiempo y esfuerzo entre interacción e interaciones entre diseñadores, desarrolladores, y usuarios; motiva a los usuarios a participar de los procesos de desarrollo; estimulan a diseñadores y desarrolladores a usar elementos provenientes de los usuarios y crean un sistema sostenible para la innovación abierta.

El concepto del laboratorio viviente me parece interesante y que vale la pena trabajar en pos de que se creen y funcionen bien porque lo que difunden son valores humanos.  También están difundiendo las metodologías asociadas al diseño centrado en el usuario, lo cual es positivo porque son metodologías de investigación cualitativas que promueven un entendimiento profundo del ser humano.